Un grupo de discípulos le preguntó una vez a su maestro Zen: ¿De dónde viene el lado negativo de nuestra mente? El maestro se retiró un momento y enseguida regresó con un gigante lienzo en blanco. En medio del lienzo había un pequeño punto negro. ¿Qué véis en este lienzo? preguntó el maestro. Un pequeño punto, respondieron todos. El maestro dijo: Ese el origen de la mente negativa. Ninguno de vosotros ve la enorme extensión que lo rodea.

Todo adulto se da cuenta en algún momento de su existencia que es necesario encontrarle un sentido a la vida. Los pobres tardamos más porque desde niños nos afanamos en sobrevivir casi sin tener tiempo para pensar en nosotros mismos. A veces sólo percibimos esta necesidad a edades avanzadas.

Cada cual encuentra las razones para vivir en distintos ámbitos, el más común es el religioso, pero también está el del arte, el del amor, el del placer, hasta el del dinero puede servir como un aliciente para continuar luchando en este mundo.